martes, 31 de octubre de 2017

Jaime Merán Ramos: Ente o visionario político?


POR OMAR FURMENT

Participando o no de sus ideas, siempre estimé que los buenos políticos eran aquellos que tenían ideas sólidas, ejercían un liderazgo en la sociedad y se comportaban consecuentemente con lo que sostenían.

Un buen político era, además, el que en los momentos adversos y amargos eran capaces hasta de morir por sus convicciones. De esta forma es que siempre valoré la heroica lucha de nuestros próceres de la Independencia, más allá de que, en su final, fueran traicionados, confinados al ostracismo o completamente apartados de la vida pública como le sucedió a Duarte, Sánchez y Mella.

Había buenos políticos de derecha y de izquierda. Dirigentes que desarrollaron partidos y referentes ideológicos, que fracasaron una y otra vez en las elecciones pero que, por su constancia y brillantez, a veces alcanzaron altos cargos, pero en otros casos han sido ulteriormente reconocidos en su legado. Personajes, incluso, que en la cúpula de poder se demostraron capaces de ofrendar su vida en beneficio de las causas que defendieron.

De esta forma Jaime Merán Ramos encaja en el mote de buen político porque es un ser empecinado, éticamente, inquebrantable y soporta que una buena cuota de sus contemporáneos los abomine y persiga. Es una situación que se ilustra muy certeramente con su situación en la actualidad.

No deja de llamarnos la atención que tiene la virtud de un conductor político que sabe acomodarse a las circunstancias, sale ileso de las grandes convulsiones y acomoda su discurso de manera de sortear cualquier atolladero.

De sus propias expresiones, debiéramos deducir, entonces, que Merán Ramos es un buen político si se consideran su habilidad para salir indemne de las crisis y propiciar una habilidad inigualable desde los cargos que ha ostentado, para mantenerse estable.

Debiéramos concluir que se trata de un “visionario” dirigente que por tantos años proclamara ideas como la del "humanismo cristiano", que a nivel mundial administra el modelo neoliberal de los mas importantes políticos latinoamericanos.

Los tozudos seguimos pensando que es preferible “vivir con honor o morir con gloria” y que “la revolución es moral o no es revolución”. Que los grandes idearios de justicia y libertad siguen estando pendientes. Que las grandes verdades no se prueban en el presente, sino en el porvenir. Que la fidelidad ideológica debe ser uno de los ingredientes fundamentales de la política.

Por eso considero, que Jaime Merán Ramos , es un político, un ente, el cual hay que preservar.

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