jueves, 31 de mayo de 2018

OPINION: Están hartos de estar



POR CARLOS OGANDO

Cuando se está harto de estar en un puesto de jefe, no se aspira más que estar, no quieren que lo sustituyan y mejor están pensando que si ellos no están, es mejor que los otros no estén. Este fenómeno lo estamos viendo en la familia, en los partidos políticos, en los clubes, en las empresas y en las organizaciones sociales y empresariales; cada cual quisiera permanecer como jefe de familia, como presidente de algo, como administrador o en caso como sub – de cualquier cosa.
¿Y preguntamos, por qué? Porque la mayoría cuando son elegidos para dirigir una junta de vecinos, un club, un encargado de condominio, presidir una junta, considerarse jefa o jefe de familia, ser el cocinero o desempeñar cargos de Diputado, Senador, Sindico, ministro, director y hasta mensajero, no aspiran nunca a ceder su espacio porque la mayoría creen que nacieron predestinados a esos puestos, otros creen que son herencia y la mayoría piensa que los demás no tienen méritos para realizar lo que ellos hacen. De ahí que en nuestra sociedad el relevo se hace tarde.
Nunca se está preparado para dejar un puesto, muchos no lo dejan porque temen a que lo castiguen por la maldad que han hecho; ellos son la mayoría y, otros porque hacen tanto bien que están atónitos de sus hazañas. Estos son los imprescindibles y la minoría, pero se olvidan que el dinero que usan no es propiedad de ellos, los dueños son los ciudadanos y se los han confiado para usarlos bien.
Un ejecutivo, me comentaba que cuando ocupó un cargo en la directiva de una organización sin fines de lucro de una asociación de profesionales de varias disciplinas, me comentaba el ex -directivo, que cuando menos se lo pensaba, ya habían pasado los dos periodos de haber sido electo y reelegido. Había otros que llevaban más tiempo saltando de posición en posición en esa institución y nunca querían irse. Parece que, el ser humano, creado a imagen y semejanza del creador, se juega a ser Dios.
Este fenómeno se repite y creo que es una de las grandes causas de que en algunos países se observa un aumento cada vez más alto de los actos corrupción, tanto a nivel empresarial como en el gobierno; y se incluyen los dos sectores porque, por un lado, el estado adquiere bienes, servicios y obras y, por otro lado, éstos los ofrecen el sector privado. Entonces si se dan altos niveles de corrupción en algunos países de América Latina y Del Caribe, se debe también a una componenda entre corruptos y corruptores y eso tiene harto a la sociedad.
Por esa doble moral que se da en el seno de la sociedad capitalista en su accionar, principalmente en los países sub-desarrollados, el ciudadano duda que se pueda tener una buena voluntad en aplicar la justicia cuando siempre lo que busca es ensuciar imagen, más que hacer justicia, debiendo hacer lo contrario y dar ejemplo de buena administración. Existen muchos casos en América Latina, pero no es propósito de este articulo mencionarlos.
Es evidente, no solo que quieren desconocer el legado, sino que no desean darles continuidad a las obras de otros y esos dos fenómenos que pululan en nuestra sociedad se convierten como virus o gérmenes que corroen los valores de nuestra democracia e impiden realizar el relevo que dará continuidad a las nuevas generaciones para que sigan construyendo el bienestar y el desarrollo de todos los ciudadanos.
Hay que predicar una política de paz e inclusiva; vamos a evitar el ojo por ojo y diente por diente. Caminemos juntos este camino y démosle las manos aquellos que se han quedado atrás. Vamos a ofrecer oportunidades a nuestros jóvenes. Según la propia naturaleza tiene su relevo y cada vez produce tallos nuevos, se espera que abonemos el camino para que entren nuevos jóvenes.
Los mismos chistes, la misma cuaba, el motoconchista, el dentista, el artista con sus mismas canciones, el mismo caldo, la misma sopa, las mismas promesas de los políticos, los mismos afanes del payaso, los desvaríos del poeta y como el borrador que pasa tenue sobre las letras de las pizarras, que con cada paso se hacen perennes, por mas que esperes y por más que estés, el trajín terminará.

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