SANTO DOMINGO.- Cuando este domingo, 12 de enero, el papa Francisco nombró por primera vez en la historia un cardenal en Haití
-el país más pobre del hemisferio americano- no solo estaba colocando a
esa nación en el mapa mundial, sino que al mismo tiempo estaba
limitando las funciones y los poderes al cardenal dominicano Nicolás de Jesús López Rodríguez.
López Rodríguez fue designado cardenal de toda la isla el 28
de junio de 1991, en sustitución del cardenal Octavio Antonio Beras
Rojas, el cardenal Beras, quien falleció en 1990.
Para algunos analistas, la decisión del papa Francisco es un
apoyo público del Vaticano al pueblo haitiano en momentos en que se
enfrenta a República Dominicana por la sentencia 168-13 del Tribunal
Constitucional que desnacionaliza a los hijos de extranjeros irregulares
nacidos en el país, y afecta de forma mayoritaria a los hijos, nietos y
bisnietos de los braceros haitianos.
Venezuela, Cuba y Estados Unidos, así como los países del Caricom han expresado su apoyo a Haití en este conflicto.
López Rodríguez ha sido de los principales defensores de la sentencia y entre sus declaraciones en favor se encuentra: “Nadie está por encima del Tribunal Constitucional“. Esto le valió la crítica del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien recientemente pidió al Papa su destitución del cargo.
Chiblys Langlois, de 55 años, hasta su nombramiento este
domingo fue el obispo de Les Cayes (Sur de Haití) y presidente de la
Conferencia Episcopal Haitiana (CEH).
Vivió la tragedia que significó el gran terremoto del 12 de enero de
2010 y sufrió al ver a miles de haitianos ir a la diócesis de esa ciudad
del Departamento Sur en busca de ayuda.
Langlois es uno de los cinco nuevos cardenales originarios de América
en el primer Consistorio del papa Francisco y el primer haitiano que
recibirá el birrete colorado en el Vaticano.
Los demás nuevos cardenales latinoamericanos son Leopoldo José
Brenes, en Nicaragua; Orani Joao Tempesta, en Brasil; Ricardo Ezzatia
Andrello, en Chile; Mario Aurelio Poli, en Argentina. Este último
sustituye al papa Francisco.
Langlois es la cabeza joven de la Iglesia haitiana y fue uno de los
promotores del diálogo ante las frecuentes protestas de los últimos
meses impulsadas por los detractores del presidente Michel Martelly,
ejerciendo de mediador en la crisis haitiana y entre el máximo dirigente
de Haití, la oposición y el Parlamento.
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