MOGOLLON, San Juan de la Maguana. Cuando mi hijo cumplió tres años les mentimos a los profesores que impartían docencia aquí, diciéndoles que eran cinco para que lo pudiesen aceptar y lo logramos, porque desde esa edad le notamos mucha inteligencia.
Pusimos todo nuestro esfuerzo para hacerlo profesional y, antes de cumplir 22 años, me lo matan. No lo puedo creer, no lo puedo creer”. Quien habla es Juan José Florián, padre de Willy Wander, asesinado el jueves por la Policía en las proximidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Rostros compungidos, llanto y dolor de hombres, mujeres y niños prevalecían en el entierro, ayer tarde, en el cementerio del paraje San Ramón.
Todos hacen la misma pregunta: ¿por qué lo mataron? ¿por qué lo mataron, si ese niño nunca tuvo un sí ni un no con nadie aquí?
El malogrado estudiante de medicina cumpliría 22 años el lunes, según informaron sus atribulados progenitores.
La abatida madre, Marisol Ramírez, narró que pusieron todo su esfuerzo en su muchacho.
“Siempre buscamos la forma de que al menos no le faltara lo esencial en sus estudios. Trabajando tierritas, dejando de satisfacer muchas necesidades de otros hijos, inclusive, porque como fue el primero que pudo llegar a la universidad, por su dedicación, interés y por ser buen estudiante, pensamos que cuando fuera profesional mejoraríamos nuestra condición de vida”, contó.
Ejemplar. María Silva expresó que era la directora de la escuela primaria del lugar cuando Juan José Florián llevó a su hijo a inscribir y que cuando lo vio tan niño le preguntó la edad. “Me dijo que ya había cumplido cinco años y que lo que parecía era que no crecería mucho y lo inscribí. Tenía solo tres”.
Expresó que desde esa edad y siempre, Willy fue un ser humano excelente, buen estudiante, respetuoso, decente y que sus padres tuvieron que incurrir en grandes sacrificios económicos para llevarlo hasta la universidad, “y miren, ahora cómo se lo matan”.
Desde que se conoció del asesinato de Willy Wander, decenas de personas se han mantenido junto a sus padres, quienes, de acuerdo con vecinos, siempre han sido un ejemplo se seriedad, honestidad y colaboración.
No solo Mogollón está destrozada, de luto, sino las comunidades aledañas. Los estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, recinto San Juan, se mantienen en vigilia.
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