martes, 6 de julio de 2010
Ubaldo Jiménez ha sido maltratado en 3 juegos
DENVER -- Ubaldo Jiménez está teniendo su mejor temporada, con una foja de 14-1 y una efectividad de 2.27. En esta campaña, que algunos comienzan llamar el "Año del Pitcher", Jiménez lanzó un juego sin hit y es favorito para abrir el Juego de Estrellas por la Liga Nacional.
Le queda todavía una apertura en esta semana, por lo que el serpentinero dominicano podría ser el primer lanzador en una década en sumar 15 triunfos antes del receso de media temporada.
Su repertorio incluye seis lanzamientos distintos, cada uno con sus respectivas variaciones. Suele colocarlos en la zona de strike sin importar cómo esté la cuenta, y algunos bateadores señalan que nunca han visto una recta caer como la de Jiménez en este año.
En abril, el derecho de Nagua lanzó un juego sin hit, contra Atlanta.
Pero Jiménez ha permitido 17 carreras y 19 hits en sus últimas 17 entradas y dos tercios, para una efectividad desastrosa de 8.66 en sus últimas tres aperturas.
"Nos gusta hablar de él como si supusiéramos que es una máquina", dijo el manager de los Rockies, Jim Tracy. "Pero no lo es, es un ser humano".
Antes de su mala racha, el promedio de carreras limpias admitidas por partido de Jiménez era de apenas 1.16, con lo que estaba cerca del récord de la era moderna, perteneciente a Bob Gibson, de 1.12, el cual data de 1968.
Aquella fue la primera campaña llamada el "Año del Pitcher", cuando Denny McClain sumó 31 triunfos. Los bateadores fueron dominados de tal manera por los serpentineros que al año siguiente, la altura del montículo se redujo de 15 a 10 pulgadas para equilibrar la situación.
Jiménez está teniendo un año tan bueno que algunos consideran posible que llegue a 31 victorias. Sería una verdadera hazaña, pues los lanzadores se toman actualmente cuatro días de descanso, no tres, como en las épocas de McClain.
Pero si quiere aprovechar esa oportunidad de hacer historia, Jiménez no puede desperdiciar tiempo buscando la magia perdida. El jueves enfrenta a San Luis, que enviará a la lomita a Chris Carpenter (9-2 y efectividad de 3.16), en el Coors Field.
Un solo inning es suficiente para echar a perder la labor de un serpentinero, y Jiménez ha tenido esa mala entrada en sus últimas tres aperturas.
Contra Boston y San Diego, fue saboteado por racimos de cuatro carreras en la sexta entrada. Los Padres no habían conectado un hit a lo largo de cinco episodios y los Gigantes de San Francisco le anotaron siete carreras en el tercer acto de su última apertura, cinco de ellas después de una controvertida decisión de un umpire, quien marcó safe en lo que debió haber sido una doble matanza que pusiera fin al inning.
Habitualmente, Jiménez desestima sus malas actuaciones. Sin embargo, admitió que comenzó a forzar demasiado sus lanzamientos después de aquella mala decisión. Así admitió su primer jonrón con la casa llena en 100 aperturas en las Grandes Ligas.
Travis Ishikawa, quien jugaba de inicio por primera ocasión desde el 19 de mayo, encontró un cambio de velocidad y envió la pelota al graderío del jardín derecho, para su primer grand slam.
Esta difícil racha ha llevado a una serie de preguntas sobre la concentración y la resistencia de Jiménez. Ha habido respuestas mesuradas de parte del derecho de 26 años y de los Rockies.
Su brazo está bien. No lo atemoriza la fama ni ha alcanzado su tope como lanzador.
"Yo vi un mal tercer inning y luego otros cinco donde nadie estuvo cerca de anotarle", dijo Tracy después de la apertura del sábado, la más reciente de Jiménez. "Tuvo un error. Esto suele ocurrir, y creo que sigue en 14-1, con una efectividad de dos y algo. Creo que sigue siendo un excelente pitcher".
Pese a permitir cuatro carreras limpias o más en cada uno de sus últimos tres encuentros, Jiménez tiene una victoria y dos partidos sin decisión en ese lapso, gracias a un bateo que ha recuperado la fuerza, después de apoyar poco al dominicano durante casi tres meses. Su única derrota fue contra los Dodgers, cuando permitió una sola carrera y dos hits en siete entradas.
Jiménez atribuyó las primeras dos malas actuaciones durante su racha a un error en sus movimientos. Estaba abriendo su hombro izquierdo un instante antes de lo debido, lo que afectaba el control de su recta.
Lo mismo le ocurrió la última vez, sólo que ahora fueron sus emociones las que lo traicionaron (por primera vez en toda la temporada).
"Forcé un par de lanzamientos, tratando de hacer mucho después" del error del umpire, dijo Jiménez. "Es la razón por la que se me quedó alta y abierta la bola... Traté de compensar lo que había pasado, tratando de ponchar a todos".
Y eso fue lo más desconcertante para Jiménez, un lanzador sereno y discreto, que suele llegar caminando al parque. Ha aprendido a controlar sus emociones y su recta en esta temporada, y ésas son las razones principales por las que se ha convertido en uno de los mejores lanzadores.
"Tengo que buscar cómo mejorar", dijo. "Tengo que aprender de mis errores".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario