República Dominicana está produciendo un conjunto de vacunas y antígenos para enfrentar la mayoría de las enfermedades que diezman los distintos tipos de ganado y aves y otras que son usadas en seres humanos con gran efectividad.
Esas vacunas las está fabricando el Laboratorio Veterinario Central (Lavecen) para la Dirección General de Ganadería y para el Ministerio de Salud Pública, que luego las usan en sus programas de erradicación de enfermedades. Para Ganadería se producen vacunas contra la brucelosis, la papilomatosis (verrugas que le salen al ganado) y contra la enfermedad de Newcastle (peste).
También vacuna o bacterina para el control de la diarrea en los lechones; alergenos (antígeno o rosa de bengala) para el diagnóstico de la brucelosis; antígeno para prueba del anillo de la leche (además para diagnosticar la brucelosis), y produce el alergeno PPD para el diagnóstico de la tuberculosis, tanto en humanos, como en animales. El Lavecen produce también la vacuna antirrábica para humanos y para animales. En animales lo más común es utilizarla en perros y gatos, pero se produce -además- para animales mayores.
El Caribe visitó las instalaciones del Lavecen. Observó y recibió amplias explicaciones de su administrador general, Ramón Emilio Guzmán. El laboratorio hace, asimismo, control de productos veterinarios para la importación con fines de libre venta en el país (para registro).
Actualmente a la lista trabajos ha sido agregado el análisis de frutas y vegetales para determinar si éstos tienen o no residuos de pesticidas.
En carnes hace más de diez años que el laboratorio viene trabajando para determinar si éstas tienen residuos de productos veterinarios o de cualquier otro componente contaminante.
En el caso de la vacuna antirrábica humana se procura evitar que una persona que haya sido mordida por un animal rabioso muera. Esa vacuna se elabora desde 1978 con buena referencia, tanto nacional, como internacional.
La capacidad de producción del Lavecen hasta ahora es suficiente para lo que requiere de Agricultura, a través de la Dirección de Ganadería. Esas dos instituciones hacen una programación, que puede ser de entre 60 mil y 80 mil dosis para el año, y el laboratorio las produce en su totalidad.
Guzmán expuso que para exportar Lavecen no tiene las facilidades. Entre sus limitaciones están que la vacuna que produce es líquida y para enviarla al exterior debe ser en polvo, porque la durabilidad es mayor (la líquida tiene una vida útil de tres meses y la en polvo de un año y más). Lavecen tiene dos equipos que le ayudarían a ese propósito, que es un fermentador para aumentar el volumen de producción y un liofilizador.
“Cuando el país decida exportar habría que poner los dos equipos a trabajar, pero eso necesita un suministro eléctrico 24 horas de energía que ahora no tiene”, dijo Guzmán.
No es comercial, pero sí interesada
En el caso de la vacuna para papilomatosis, esta no se hace con fines comerciales, sino “interesado”. Es decir, que si un ganadero tiene animales con verrugas, le corta una parte de ellas, la lleva al laboratorio y entonces se le fabrica la vacuna con ese papiloma, para que este la aplique luego a su ganado para que se cure.
Es así (un trato para cada caso) porque el virus que actúa en un ganado no es el mismo que actúa en otro. Puede haber coincidencia, pero no siempre es la misma situación la que se presenta.
En las instalaciones de 1,200 metros de construcción del Lavecen se crían animales como ratones, curíos y conejos, entre otros con fines de experimentación.
Es la cabeza
Ramón E. Guzmán
Administrador
“Este año produjimos 600 mil dosis antirrábicas para Salud Pública, 400 mil dosis de PPD para diagnosticar tuberculosis, 300 mil dosis de Newcastle y doscientas mil 400 dosis de vacunas Lecho-vet para lechones. También 600 dosis de autovacunas con papilomatosis y 40 mil antirrábicas humanas.
Antes nosotros exportábamos vacunas antirrábicas hacia El Salvador y Haití. En estos momentos no”.
UN Personal capacitado
Lavecen fue creado por la Ley 40-30, de 1955, en su artículo 25. Es una dependencia del Ministerio de Agricultura, a través de la Dirección de Ganadería. Lo dirige un consejo de administración que preside el ministro de Agricultura (en este caso Salvador Jiménez), y el director de Ganadería (Ángel Faxas) es el secretario ejecutivo.
El personal recibe entrenamiento en el exterior y en el país. Algunos han sido adiestrados en Chile, México, Centroamérica y otras partes del mundo. “Tenemos el caso de técnicos que han salido dos y tres veces en el año”, dijo Guzmán.
Entre el grupo de profesionales del Lavecen hay 37 veterinarios, 29 bioanalistas, ocho licenciados en química, tres ingenieros en esa área, y ocho técnicos.
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