NACIONES UNIDAS, Nueva York.-Latinoamérica dijo hoy a los países desarrollados que ya no pueden seguir siendo los dueños del mundo y reclamó unida en la ONU la reforma de los organismos multilaterales.
La Asamblea General de la ONU es escenario de una rebelión de los países emergentes, que lideran el crecimiento global, en demanda de una mayor participación en la gobernanza mundial.
La crisis es "demasiado grave para ser manejada por un pequeño grupo de países y todos tienen el derecho de participar en las soluciones", afirmó la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en el cónclave de mandatarios de 193 países en Nueva York.
Roussef, que ha sido la primera mujer en la historia en inaugurar la Asamblea General de la ONU, pidió una reforma de las instituciones multilaterales, con un incremento de la participación de los países emergentes, que son -dijo- los "principales responsables del crecimiento en la economía global".
Reiteró que Brasil está preparado para asumir su responsabilidad como miembro permanente del Consejo de Seguridad, máximo órgano de decisión de Naciones Unidas y en el que tienen poder de veto Francia, China, Estados Unidos, Reino Unido y Rusia.
El presidente de México, Felipe Calderón, abogó también por una reforma integral del Consejo de Seguridad, para que "no siga siendo la decisión de una minoría la que prevalezca sobre temas internacionales".
"No podemos permitir que el máximo organismo multilateral se convierta en la toma de decisiones de sólo unos cuantos", subrayó Calderón, recordando que las normas del Consejo de Seguridad "no han sido revisadas en más de cuarenta años".
"La ONU lo que necesita es una revolución no solo una reforma", dijo Evo Morales en los pasillos de la ONU.
La jefa de Estado argentina, Cristina Fernández, incidió en que el equilibrio mundial con el que nació la ONU tras la Segunda Guerra Mundial "hoy está roto".
El Consejo de Seguridad sirve ahora "solo para el posicionamiento de sus integrantes", denunció en su intervención.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, abogó por un papel central de la ONU de mediación en los conflictos mundiales y opinó que ésta será la década de América Latina y el Caribe por haber logrado un "entorno de estabilidad política y económica".
La demanda palestina de reconocimiento como Estado independiente en la ONU y la crisis económica que alienta la necesidad de reformas dominan los debates de los dirigentes mundiales, con numerosas reuniones paralelas.
Los países latinoamericanos han expresado una postura casi unánime en favor de la entrada de Palestina en la ONU como estado independiente, demanda que Estados Unidos amenaza con vetar.
El presidente de Colombia, país que forma parte del Consejo de Seguridad en la actualidad y cuyo Gobierno ha anunciado hace días que se abstendrá si se vota en ese órgano la propuesta palestina, exhortó a Israel y Palestina a que vuelvan a las negociaciones directas de paz lo antes posible.
Entretanto, se negocia en Nueva York como posible paso intermedio una propuesta del presidente francés, Nicolás Sarkozy, de dar a Palestina el estatus de país observador en la ONU, al igual que lo tiene el Vaticano, con el plazo máximo de un año para que llegue a un acuerdo de paz definitivo con Israel.
Otros temas como la reclamación argentina sobre la soberanía de las islas Malvinas, la lucha contra el narcotráfico de México, la propuesta de la República Dominicana de atajar la especulación con el precio de los alimentos y los combustibles o la condena del embargo económico y comercial contra Cuba también serán tratados en la Asamblea General.
La cumbre de Naciones Unidas está cercada por un anillo de seguridad con miles de policías que vigilan el centro de Manhattan y donde hay convocadas varias protestas de diferente signo durante esta semana de debates.
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