Señaló que el país sobrepasó a Colombia en la venta de esta sustancia en Estados Unidos, así como en la cantidad de ciudades en las que "controla" este mercado, ocupando el segundo lugar entre los países latinoamericanos con el control de 54 ciudades, mientras que Colombia controla 40 y los cubanos 25. El primer lugar lo tiene México con 230 ciudades.
El narcotráfico, informó, mueve alrededor de 140 billones de dólares anuales. De estos 80 billones corresponden a la cocaína. El tráfico de drogas de constituye así en el 28% del crimen organizado, que, en total, genera anualmente un trillón de dólares, sostuvo.
La prostitución ocupa cerca del 29%, con una generación estimada de 190 billones de dólares, de los cuales el 79% se atribuye al tráfico ilícito de personas con fines de trabajo sexual.
El mayor reto en la lucha contra el crimen organizado, consideró, es el enorme poder que mueve. Los principales gestores y beneficiarios son los países con las economías más fuertes del mundo, entre estos Estados Unidos, Rusia y varios países europeos.
Un pacto por la seguridad
Tanto Tapias como el economista Luis Abinader, quien participó como ponente en el encuentro, afirmaron que la única vía para combatir la delincuencia y la criminalidad es a través un gran pacto para la seguridad ciudadana que trascienda gobiernos y partidos.
Abinader, quien aprovechó la ocasión para anunciar el lanzamiento de la Red de Mejores Prácticas para la Seguridad, llamó a todos los sectores a que se unifiquen en este sentido."Nos interesa ayudar a la República Dominicana, no mañana cuando estemos gobernando, sino ahora mismo", aseguró.
Resaltó que la mayoría de las víctimas y los victimarios son jóvenes. Los más afectados son los que viven en zonas marginadas y con menor acceso a la educación y otros derechos fundamentales.
Tapias puntualizó las debilidades del sistema que deben superarse, entre estas un sistema de justicia "insuficiente, sobrecargado, lenta" y que mantiene la impunidad con temas como el lavado de activos.
También, agregó, las cárceles no son suficientes, y se convierten en "escuelas de materia de perfeccionamiento técnico y de construcción de redes para delincuentes".
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